sábado, 16 de abril de 2011

Semana Santa



Vengo a recargar mi alma de tu caridad y de tu amor, de tu vida y de tu ilusión. Desde aquí sólo veo tus asaeteados clavos sobre un madero y las espinas que coronan tu vida clavadas entre desprecios e insultos en tu frágil y adorable corazón de oro. No puedo imaginar tanto horror ni tanto dolor, no podría aunque quisiera porque no lo soportaría y porque  tu quisiste cargar solo con esa pena y liberarnos a nosotros tus hermanos e hijos, de tanta depravación y dolor.
Entreveo tu sufrimiento alevoso y elevo mi plegaria llena de sufrimiento y  lágrimas impregnadas de amor por tu amor.
No te merecemos, pero tu mereces todo nuestro amor y devoción. Gracias por venir a sacarnos de este horror y ayudarnos a ver a través de los siglos el camino que nos puede salvar de la inanición del sin amor, de la vida sin luz, del horror de los dioses falsos, de la opacidad de una vida sin ilusión, de lo erróneo que es vivir en un mundo ciego que todo lo ve a través del prisma de lo que ve y no de lo que siente..., tu abriste las puertas a ese cielo, a esa ciudad terrenal que seria la puerta del cielo. Tú eres la puerta y escalera a la nueva ciudad del cielo en la tierra.
Yo te declaro mi amor fraternal.
¿Quien de nosotros cultivará esa flor que nos dejaste de tu amor, de tu Espíritu de amor y de ilusión?.¿ Quien de nosotros te negará?, Señor.
Leo y escribo en esta penumbra de silencios mientras respiro y transpiro en tus llagas y tu sangre da a nuestra vida el regado de tu calor y amor. La esperanza se torna cada día en un calvario sin tu amor, sin tu vida, sin tu presencia.
¿Quien te quitará los clavos de nuestro error, de tu dolor y lavará tus heridas de la inhumana e incomprensible angustia de nuestra locura?.
Si tu Espíritu nos ilumina con tanto fervor en los caminos de estos días que se adivinan cercanos ya, andaremos juntos el camino de las tu palabra de tu vida y enjuagaré tus heridas con las lágrimas de mi tristeza, humildad, cariño y amor.
 No mires sólo las palabras de nuestro corazón, sino mira también el corazón que dejamos anclado en las palabras que te sentimos y escribimos con todo nuestro amor. Gracias por tus palabras, por tu ejemplo, por tu vida, por venir a vernos, por tu generosidad, por tu heroicidad, por el dolor que soportaste por amor del Amor, Gracias por todo y por dar tu vida  por nuestra salvación.

1 comentario:

Lucía dijo...

Te habrá acogido estos días en ese silencio que llena de amor y habrá dejado en tu hermosa alma la Paz y la felicidad que mereces.

No sé explicarte el sentimiento que me ha producido leerte, sí sé, que llueve en mi mirada.

Un beso grande querido Carver.