jueves, 22 de septiembre de 2011

IIª Carta

IIª Carta

Que el silencio sea vuestra voz

Que vuestro corazón sea vuestra oración

Que nadie dude de Él
porque Él es nuestro corazón
dentro del Corazón.

Que nadie cante sin voz
pues las palabras de la Palabra
son el camino de y hacia Dios.

Detrás de cada palabra
detrás de cada pensamiento
detrás de cada mano tendida
que siempre esté vuestro corazón
impregnado de Su corazón.

Pues sus Palabras,
las que no están escritas bajo las letras,
son el camino hacia el amor.

Que todos se abracen durante su bendición
pues así en los cuerpos
así en el corazón.

Abrazos de corazón
y fraternal amor.

Que al igual que el sol ilumina nuestros días
y la luna nuestras noches,
seamos cirios encendidos de vida
y plegaría en el amor
 por amor del corazón
en Dios y para Dios.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Del sentido de la vida...



No sé si todo tiene su razón de ser, pero es posible que el Todo tenga razones que tan sólo podemos vislumbrar con el sentimiento del corazón y la inteligencia de la fe..., la fe tiene razones que sólo en el corazón podemos comprender.
La vida se nos antoja a veces desmesurada e incomprensible. Otras nos encumbra al árbol de la vida, con todos sus frutos y destellos, es sencillamente maravilloso vivir esos momentos.
Pero todo nos lleva por la vida de la mano de un destino que no conocemos de antemano. Los caminos se cruzan con otras vidas y oras almas que nos maravillan y nos elevan de la tierra al cielo con tan sólo sentir una mirada de felicidad o una sonrisa sincera a la que amar.
La vida son recuerdos y vivencias, sobre todo de dar y sentir amor, y cuanto más amor damos, mas atesoramos, más nos llevamos de esta existencia.
Sean del signo que sean, nuestras experiencias o vivencias, nuestras almas llevarán como único equipaje la luz que logremos dar con nuestras acciones, con nuestras sonrisas, con nuestras manos, con nuestro cariño.
Cuando llegan los momentos malos, que a todos nos apenan, debemos ser comprensivos con el latido del sentido de la vida y ver más allá de nuestro dolor, porque el paso a esta vida fue una ilusión, una alegría; y el paso a la otra debería ser también como un nuevo renacer a otra vida, que  aunque siempre dudemos de su existencia, está ahí..., en donde estuvo siempre y de donde alguien nos envió.