domingo, 29 de marzo de 2009

Soliloquio


Supongo que a veces creemos estar solos, y si realmente existimos, no lo estamos, siempre nos rodeará un hálito de la belleza vivida, reflejo de la vida, y vida en si misma. La puerta que se cierra es un camino abierto al mar. La ventana de nuestra conciencia alumbra otras almas que nos buscan y necesitan amar, aunque en silencios agostados y reverdecidos en las enredaderas de los pensamientos cruzados e inconexos, clamando todos los días por el misterio de nuestra existencia, de nuestro querer, de nuestro amar, de nuestra vida en soledad, y en los momentos de agonía que envuelven nuestros mas bellos recuerdos, esas notas del pasado nos transportan con todo lujo de sonoridades hasta el momento mas bello vivido en nuestra vida real, esa que ha existido, que existe y existirá por siempre y para siempre, en nuestro mas profundo e iluminado rincón del más amar. Ese jardín de pétalos y latidos inertes en el tiempo, pero tan vívidos y latentes en nuestras venas, que hacen que nuestra sangre borbotee alegre, aun cuando nuestra forma terrenal no esté, porque en nosotros habita nuestra vida, no es nuestra vida la que nos hace habitar, sino la vida que llevamos impresa la que nos aleja del mal y nos lleva de la oscuridad al mar, ese mar extenso en belleza, que nuestros pensamientos y deseos cohabitados en esta existencia, van tejiendo en nuestro mundo aparte y nos espera con sus flores para que sigamos escribiendo en sus pétalos las notas que nuestra alma es capaz de engendrar, que nuestro amor es capaz de emanar, que nuestra vida ha sido capaz de dar de nuestro mas intimo y contacto con el Amor de verdad.

Busquemos pues el Amor de verdad y dejemos de lado toda nuestra pretérita desilusión, nuestra perecedera materialidad, nuestra resolución de vernos sumidos en lo profundo de la irrealidad, porque somos, y nuestro ser está, porque pudiera ser fuéramos más en la esencia de la Vida del Devenir, el Alma, que en todas las vidas que podamos aquí transitar.

martes, 24 de marzo de 2009

La Palabra


Que el alba se recree en la memoria del aire

Que la noche se cincele de luz plateada celeste

Que los pájaros recreen sus tímidas miradas

Que los olivos bendigan su savia con inciensos

Que los días llamen a nuestras puertas sin aldabas

Que las escrituras sean palabra de lo verdadero

Que los hombres entren de nuevo en el sueño eterno

Que las sabanas dejen de cubrir nuestros cuerpos

Que las manzanas destellen sus lugares ancestros

Que los ángeles entonen sus plegarias al viento

Que las iglesias reciban luces de cristal pleno

Que las campanas anochezcan los instintos posesivos

Que el nuevo horizonte se meza entre olivos

Que la nueva ciudad florezca de entre lagunas del cielo

Que finiquiten para la eternidad las hambrunas de lo incierto

Que la palabra se vuelva verbo y el verbo renazca de nuevo

Que los cielos se cubran de incienso y florezcan los versos

Que todas las madrugadas sean eternas en amor e inmensas en sosiego

Que la paz deambule a diestro y siniestro

Que el nuevo hombre nazca de entre nosotros para ser nuestro carro de fuego

Que los miedos fenezcan para dar paso al sentimiento

Que todas las cosas dejen de ser cosas y sean mariposas

Que el corazón del hombre despierte de su letargo al mundo sin cielo

Que la caridad sea ayudada para que los niños sean nuestros mejores anhelos

Que todo lo que quieras que sea, sea, sin más, sin ningún otro pretexto.

Si es Tu palabra, sea como es que ES, será, como será que ES.

Que el amor sea con todos los hombres de buena voluntad y de buen corazón.



domingo, 8 de marzo de 2009

08 03 09

(Foto Carver)



Es indescriptible la sensación de paz que me llega desde la orilla del mar. El rumor que habita en sus olas, reposando sus blancas aletas/ burbujeantes sobre la tibia arena.

Hoy y aquí, buscándote fuera de la vida, fuera de mi y de mis palabras, encuentro este rumor silencioso, clamando cadencias del Espíritu inmenso/ que estremece el aire y el viento/ con una brumosa brisa de azulada, de espumosa piel aterciopelada, desatando en mis poros un sin fin de maravillosas visiones, en mi, en los dos, en todos, en comunión con el Todo que encierra y libera/ mis más profundos y transcendentes sentidos sentimientos.

El dulce chapoteo y tañido/ de los rayos vivos de la luz del astro/ me envuelven por entero y me cubren con una dócil capa/ de tranquila y sosegada calma, en el cielo azul/ de este mundo real/ de los sentimientos sentidos/ y de los sentidos sentimientos/ orlados de sensaciones calidas / del amor más puro y más terrenal al unísono,/ a la vez que grito en silencio.

Acorde uno con el otro,/ ser sentido y ser sentimiento/ formando una sola estela invisible difícil,/ muy difícil de distinguir, pero palpable y sentida/ hasta en el último rincón/ de esta sentida y amorosa sensación/ de lúcida paz del amar.

El silencio se torna luz /y se abre paso entre las brumas y rumores del alma/ que aspiran al saber de la cercanía /de ese universo verdiazulado/ que ahora me envuelve/ y me aleja de la realidad incompleta e inconexa.

Escudriñándome en un rincón del alma/ y abrazando el silente y sigiloso tiempo perdido, que tan quejumbrosamente percibo. He andado por las nubes, sin tan siquiera dejar ni el cuerpo/ ni el alma en ningún fondeadero.

He sobrevolado en silencio/ en este ensimismado encuentro y te he hallado allí, junto a mi/ en cada momento que te veo y que te siento. Estás y eso me da fuerzas para alcanzar, para amar, para escribir, para sentir, para hablar, para gritar, para correr y correr sin parar, aún sin mover /ni un solo latido del alma, del ser, de mi corazón embelesado/ en el fascinante mundo de tu amor…

Estoy aquí

Estás aquí

Estoy en Ti.

Estás en mí

Gracias por estar, por ser,

por venir, por escuchar,

por saberte amor,

por tu indulgencia,

por tu Presencia eterna.

Gracias por Ti, por todo,/

por mi ser en Ti y de Ti.



martes, 3 de marzo de 2009

03032009

Es tanta la intensidad de los sentimientos/ que de las yemas solo pueden ser luces las que nazcan/ la luz no se marchita se expande y se emana/ después de ver la ruina del hombre sobre la tierra/ las chabolas de la miseria/ los niños que enarbolan sus débiles cuerpos en busca de un suspiro/ de una madre que ya nunca llega porque ha volado a otros universos/ rota y desgañitada de tanto querer a sus hijos/ y no saber como protegerlos de la impiedad de muchos hombres/. Es tanta la maldad que habita en el mundo/ que ya no sé que puede pasar sin el necesario y desinteresado interceder de muchos hombres santos/ santos que nunca estarán en los altares porque son silenciosos/ caminan con la vista puesta en las necesidades de los mas débiles/ y se compadecen de nuestras penurias con la sonrisa amarga de lo que no pueden cambiar/ aunque si quisieran./

Ven el mundo tal cual es/no a través del deformado mundo de los ricos televisivos/ni de las series de personas que sólo saben hablar de sus vidas aburridas/ sin nada mas que hacer que buscar su aparente felicidad/ una felicidad irreal,/ impuesta por su entorno/ y sometida a toda clase de imposiciones sociales/ y todo tipo recelos/ ¿que queda del mundo que ….. quiso para los hombres al hablar?/que queda para los hombres del mundo/ que los hombres sabios se esforzaron en enseñar/ y hasta sus vidas dieron para verlo germinar/ ¿que queda…?, poco, poco, muy poco…, pero mientras un solo niño necesite el hálito de la sonrisa y de la vida en familia/ este mundo es posible que siga dando vueltas, y al mismo tiempo los peores seres seguirán dándose el festín de su vanidad, de su egoísmo, de su vida de lujos a costa de los demás.

Las naciones se encaminan al desastre/ sino se cambia la forma de mirar y de vivir, /y solo los niños se salvarán de la auto destrucción que la humanidad/ se está , poco a poco preparando para su funeral,/ porque fundará la ciudad de los niños/ donde tanta barbarie no les alcance,/ donde los querubines les enseñen a hablar la verdad y el amor demostrar, /el abrazo fraterno dar y la caridad practicar para con los demás sin mas/ sin nada mas que sentirse bien /y felices de poder ser y sentir al amor de verdad,/ esa es la única felicidad, el amor , el amar, la verdad de la vida,/ de su felicidad, eso que tanto buscamos/ y que tanto nos quita el sueño/ porque nunca encontramos la razón de nuestra infelicidad/, simplemente es darlo todo por los demás, todo y todos por todos,/ así el mundo sería un jardín de verdad/ y la utopía de los antiguos profetas se haría realidad.

Busquemos pues un camino/ que nos una en el corazón/ y que nunca mas nos vuelva separar /de la verdadera felicidad del amor/ en paz y amistad fraternal.