martes, 30 de junio de 2009

En el camino



En los caminos del Señor

te encontré yo.


Bajo la flor blanca

que el viento me envió,

te di todo mi amor

y tú te mostraste

dentro de mi con

todo tu esplendor.


Luz, brillo y color,

que alumbraron

eternamente

mi ermitaño corazón.



miércoles, 24 de junio de 2009

Cierro los ojos...

(Foto de pintura cedida por Ángel)


Cierro los ojos

y escucho Tú Ser,

me empujas con tu suspiro

y me lanzo a Tú iluminación,

cierro los ojos y te llamo,

te imploro y me conoces,

me escuchas y te escucho

en la calidez de tu venida,

sin palabras me respondes,

te hablo en mis pensamientos,

me quedo en Ti,

me dejas sin palabras,

te veo en mí.


Si ese es tu deseo,

Ese es mi deseo.


Busquemos pues juntos

si ese es tu deseo,

porque ya estás aquí,

dentro de mí ser,

dándome Tú vivir

en mi vivir.


Anidan tus palabras

y cuidan de mí

las almas azules

que me visten tu sentir…


Escuchas en silencio

mis palabras y mis propósitos,

me envuelves entre tus designios,

quieres mi querer

y me quieres aún sin ver.


Esperanza tengo en donde

nacen todas las oraciones,

donde te abrazo cada día,

donde invoco el alba de tu guía.


Si algún día nos encontramos

ni siquiera podré pronunciarte.



Me arrebatas abbá

y me dejas vivificado,

me hablas y me siembras

del amor de Tú paz,

me tiendes la mano

y tu comprensión me atraviesa

del corazón del alma,

de las manos a los pies

del alba a la noche

y del día a tu morada...


En Ti he de encender

la luz de mi chimenea,

en Ti he de recogerme,

en Ti sólo en Ti,

he discernido la verdad,

la única verdad

que deseo alcanzar,

que sólo está en tu voluntad

de amar.




lunes, 15 de junio de 2009

Marcho a tu lado



Marcho a tu encuentro

y no sé si te hallaré.

Marcho a tu lado

y apenas sé si iré.


Dejaré de lado mi cuerpo

y mi mente para andar descalzo.

Me ceñiré tu palabra

y haré renacer mi espíritu en Ti,

para que mi alma deje atrás

los caminos errantes,

y mi espíritu te abrace

donde la plegaria elevo.


Ando tras de ti

y apenas te siento,

me alejo a veces

y otras me vuelvo,

me llamas y me confieres tu don,

la pobreza de espíritu

y la riqueza de tu amor

me alumbra cada día.


Dame tu mano y siéntame en tu vano,

para que pueda entrever tu ciudad de la vida

en la luz que todo lo ilumina

y toda sombra difumina.


Dame tu mano y abrázame

para que no vuelva a perderme

ni aun queriéndome extraviar.

domingo, 14 de junio de 2009

Imaginarte


Imaginar

caminando juntos

mano con mano

sintiendo el calor

y las vibraciones del alma,

al menos una vez...,

recorriéndonos en miradas.


Reconociéndonos tras el árbol

traspasándonos con sólo sentirnos

rociándonos con el aroma de lo desconocido,

de lo imperecedero.


Amistad y amor juntos de la mano

siempre unidos sin cuerpos en usufructo

ni de mentes confundidas y hoscas

de nuestro mundo artificial.


Únicamente nuestra voluntad

amar sin más,

vadeando los límites del espacio

y del tiempo futuro,

desgranando lo efímero

para hacerlo fenecer

ante nuestra esperanza.


Existiéndonos tras la muralla de lo lejano,

de lo inexistente, pero cierto real, verdadero.


Amor que vuela con una rama de olivo en su pico

blanca mensajera que nos alía caminos

y nos muestra destinos indescifrables

para el hombre inanimado de hoy.


Verdes praderas inclinadas,

retozando en mi imaginación

bajo las brisas de las aguas tibias.


Tímidas en su aleteo,

aves que acarician tus cabellos

para darles su terso color.


Manos que florecen en tus manos

y atrapan en todo su esplendor

lo tantas veces querido y nunca libado.


Mano sobre mano

mano del corazón.

Mano bajo abrazo

que deja latir el aire

que sonríe nuestro abrazo

y nos infunde en su calor.


Sombras del pasado

bajo flores blancas

del árbol del ángel.

Ya queda sólo la espera,

la voluntad eterna,

si así lo quiere todo llegará.


Terminado el camino

que desbroza el tiempo futuro,

se arrellana en mi costado

la dulzura de su amor.

Deslizas en mi costado

toda la vida que soy.



Alumbras en nuestras almas

por y para siempre,

el nuevo día que debe nacer

hoy, mañana, pasado,

quizás nunca, quizás siempre,

o cuando se detenga el corazón.



lunes, 8 de junio de 2009

Cada mañana



Me encuentro perdido y a la zozobra de un destino, destellos que emergen de sol en sol, de mar en mar. Me encuentro olvidado en un rincón, arrumbado en un reguero de piedras, donde sucumbo sin una flor.

Cada mañana te hablo sin palabras y te escribo con recitativo clamor, te pido y te medito en los albores de cada mañana, de cada despertar que te medito, cuando la arena se halla inmaculada de luz ajena, de miradas perversas, de falsos profetas que deambulan tejiendo sus redes sin amor.

Las aguas fluyen lentamente, límpidas languidecen en mi mirada y rezuman níveas estelas del nuevo día que asoma, que se cierne amenazante de atisbarte y señalarte con su sobra tu lugar, tu destino en tu lugar.

Me pregunto, si me preguntan, si hacer lo que es, queremos hacer, queremos y Tú quieres que haya lo que quieres que haga yo.


Me despierto en la nube en que me envuelves, algodón de tu sentimiento de amor, de perdón y añoranza. Oscuras sentencias que con tu nube espantas y alejas y me llevas en caudaloso camino de luz y calor, de bondadoso encuentro con ángeles que vierten en mi la oración que he de hacer mía y de ti he de tomar como ejemplo de salvación.

Te musito una plegaria para que no olvides que siento como dices que sienta, lo que de tu corazón me habita.

Ahora, en esta hora, que llevo en mi mente la congoja del deseado sentimiento y la zozobra del asbesto, te siento llegar a mi lado para calmar junto a mi, ese murmullo de las olas que me arrastran, el tintinear del viento que con su brisa desnuda sus blancas espumas y vierte su cantar a los pies de mis llantos, que desnudos me hacen virar y marchar sin mirar atrás.

El perpetuo sonido de tu mar me lleva consigo, como el carro alado de fuego vibrante y blanco volar que le sube a tu encuentro y me postra a tu puerta en suplicante piedad.

Me llevas la paz, la paz que sólo parte de Ti, en ti ansío y en ti desvivo, para poderte seguir, para poderte abrazar, para poderte amar. Pero el tiempo no cesa todavía, y me lleva a su par, al cielo que no cesa y con su luz brilla sin igual.

¿Cuándo llegará el día? ¿Cuándo llegará la paz? ¿Cuándo dejará de reinar el tiempo y volverás para dejarnos abrazar?

Que sea el tiempo del tiempo que medito tu única voluntad.

Que del viento abrace lo que lleva a acariciar, que del alma encuentre lo que siento en tu andar.

Una nube que habitas me ha de llevar donde asomas en paz.

Dame y tómame para siempre, porque ya no he de andar sin tu luz como guía, ni perder tu sombra que resguarda mi faz, en tu faz, mi paz en tu paz, mi amor en tu amor, porque todo eres Tú y nada es igual.

Porque ya no queda del tiempo, más que la eternidad que ha de terminar. Y encenderás en tu fuego la única verdad del amor…, amar.



miércoles, 3 de junio de 2009

Ha pasado un ángel




Sería muy difícil no quererte porque para mi, tú eres el ángel con el que siempre he soñado, el ángel que siempre he esperado bajo la sombra de una duda, bajo la incertidumbre del paso del tiempo, bajo un sol feneciente y compasivo que todo lo cubre.


Para mi tu eres todo lo que siempre he anhelado, lo que nunca he asumido, lo que siempre he querido y nunca he podido amar.


El tiempo se volvió en su furia de viento y me arrastro tras la lejanía de tu estela, así caí por desventura en la roca del tiempo que no debía, ahora que ya te he hallado, veo que tu alma está tan lejos como cerca esta el aire y la luz que amo.


Apenas perdida la razón del alma, adormecido me hallo en está tesitura de hombre, absorbido entre las letanías de los espejos que el cielo me muestra y las palabras que el Eterno me infunde y obsequia, bajo la piel sumisa y la mente alborozada ante La sutileza y suprema dulzura de su presencia.


Movido entre los dos mundos, empujado desde Él hacia ti, hacia mi, hacia todo lo terrenal y todo lo inmerso en el circulo del tiempo, que desciende paulatinamente y me arrastra con su vorágine hacia el néctar subconsciente de la huella de mi más efímera y eterna existencia; esencia de lo que queda de mi memoria enclaustrada en el olvido de una estación de paso y entre los ríos que me llevan de la mano cada noche que despierto a la vida, cuando duermo los sueños del mundo en que me combino y me compadezco cada día y cada noche sin consuelo, ni desconsuelo, con aceptación de lo que es inevitable, de lo que nunca debió quizás acontecer, pero que el devenir de la Providencia estipuló como sea, en la herencia que custodio.


Sería difícil de plasmar en pocas palabras, porque estas no existen en lo que del cielo llevo en mi corazón, pero tu pensamiento en mi, me lleva a ello, me acerca, me emociona y me acompaña sin ningún temor.


Todo amor viene de Él, pues como dudar de su grandiosidad, si es del amor y para el amor, lo que del amor llega y me acerca a la vida. Gracias por ser como eres.