El silencio a gritos del destino/ cierne sus garras/ con implacable realidad. El rumor del tiempo vivido/descarta que podamos volver atrás. La puerta del infinito/ nos descubre de nuevo su faz/ nos envuelve en el velo de la nada/ borrando cada rincón de amor vivido/ para hacernos danzar…
El olvido de nuestra culpa / impiedad no querida, ni vivida, / nos acerca/ más y más a la paz.
Buscaré tus pétalos de luz/por el camino de la oración/para que me guíen/ siempre por dentro/de tu voluntad.
Me siento al borde de mi existencia/ y miro hacia todo lugar.
Las palabras se me antojan como mi libertad. Sólo tengo que escribirlo para que todo parezca realidad, pero en silencio de la oscuridad/veo que es una realidad/ mi mundo, mi destino, allí están/ donde la luz y la vida/ son la más bella realidad.
El sufrimiento nos azota/ unas veces suave, otras con crueldad, / pero nosotros debemos saber del mundo en que amar.
Añoro un mundo nuevo/ donde no haya ni un ápice de maldad/y veo el nuestro y sólo siento soledad.
¿Cuándo vendrá el final? ¿Cuándo acabará el final? ¿Cuándo podrá de verdad el amar?
¿Cuándo el amor me hará mar?
Lágrimas vertidas de mi orilla al mar/ donde su inmensidad las desborda/ y las oculta de la luz del mal.
Lágrimas vertidas que algún día/ vendrán a mi despertar, me darán la mano/ y con su pequeña inmensidad/ infinitos de amor harán brotar.
Todo lo eres Tú, todo es tu Amar, todo está en Ti/hasta que decidas que todo puede acabar ya.
Hasta la eternidad/ donde mora el Amor y la verdad del Amar.
Algo es algo, desde que nuestra semejanza se reencontró desde el olivo, la luna se acerca rauda y nos depara inciertos senderos del alma, que nos recorren entre las venas de las palabras y los silencios queimpuestos se suceden de golpe en golpe y de bruces se encierran el un cuarto oscuro, donde la luz apenas se vislumbra ya.
Echo de menos tus palabras encintadas de entre nuestros más profundos encuentros. Hoy te escribo como en una carta abierta para que la leas sólo tú, sólo es para ti, para la portadora de la esencia de lo que me empujo a compartir deseos y desvelos vespertinos y alboradas solitarias bajo la penumbra de nuestros entrelazados sueños. De nuestra lejanía nacía una amistad que se quedó inerte en el tiempo de la espera, de lo acontecible, de lo que suceda sin mas, que lo que el destino del destino deseé para nos.
Todos tenemos alguien mas por encima de la realidad que nos rodea, alguien que nos escucha y asiente con el afecto de lo que nos da y nos cuestiona, de lo que espera, y no espera nada, nada, nunca espera nada, sólo aquello que nosotros sepamos y seamos capaces de dar.
Por ello estoy aquí, escribiéndote estás líneas amiga mía, en esta soledad que me embarga, para que sepas que aunque nunca mas tus palabras vuelvas pronunciar, estarás ya para siempre en mis recuerdos, como la que anduvo sobrevolando por mis cielos y vislumbrando la apariencia de la soledad compartida.
Entre las palabras ocultas de lo expuesto, anidan anhelos de ser más y más, en tu delicada postura de meditada relatividad, de actitud meditacional, de sonrojo ante la mirada opuesta, de buscada libertad, aunque los dos sepamos que sólo sea en el alma.
Es una epístola literaria, como otra cualquiera, pero está además, es la carta que pende del limbo de la vida que me lleva y me arrastra a tu lado, desde la lejanía, para meditar junto a ti lo que de verdad cuenta. Cuando lo sepamos quizás sea tarde ya para volver atrás, pero no importa, porque en los universos venideros habrá otras estaciones de tren donde me subiré y a tu lado viajaré conversando sin más, sin recordarnos de esta vida, pero sintiéndonos en deuda con nuestra querida amistad.
Mano sobre mano , entrecruzo mis deseos y el Eterno me muestra como ya casi llego al final, no es cuestión de tiempo, ni de espacio, ni de saber quien soy, ni quien eres, ni nada de lo que aquí nos pudiera colmar, sólo es cuestión de la voluntad de ser y hacer lo que de Él nos sugiera dar o tomar..
De lo que tenga que ser será, sin más, de lo que tenga que ver, veré, de lo que tenga que escuchar escucharé, de lo que tenga que amar , amaré, de lo que me inspire que tengo que soñar, soñaré…., todo y nada, pero es la pura realidad, sólo de nosotros depende el aceptar o no aceptar el pasar de lo que nos envuelve y dejar atrás lo que nos separará de la anhelada libertad de la eternidad en el amar de la verdad del amor universal..
No sé si aun me queda algo en lo que aguardar tu amor en libertad, en serenidad. En la penumbra de mis ojos te entreveo, futuro por venir y por dejar, sin embargo ya casi me voy, de todo, del todo a la nada, de casi todo estoy ya lejos, de amistad y amor no enredo mas, de las palabras se deslucen nada mas nacer, de todo y nada me voy yendo cada vez mas, necesito volar, como tú en tus sueños, volar lejos de lo que me ciñe a la vida, volar lejos de lo que me encierra en vida, necesito libertad, y sino, morir en paz. Necesito despertar del largo caminar en letargo, en ese largo y sinuoso desliz que la vida hace que cometas y que pagues duramente durante el resto de tus días, de ese desliz que sientes en que se ha convertido la vida que te rodea y nada es de lo tu recuerdas haber querido soñar. Y ya nada queda, nada, ya casi nada me ata a la vida, me voy yendo como el viejo camino, hacia su lugar de descanso donde comenzó todo y donde se cubrirá de tiempos nuevos, en cenizas pululando alrededor de nuevos tiempos, de nuevos personajes vestidos de realidad cotidiana, de nuevas burbujas que resbalan en la vorágine de lo incierto, y sin embargo nunca se darán cuenta de ello hasta que consuman su tiempo y vean a su alrededor bailar lo que les ha quedado vivir, lo que ya nada podrán dejar sin romperlo todo, y sin ser valientes y volarlo todo en mil pedazos para saltar y salir de allí, ¿ser egoístas sin mas, es lo único que nos queda si de verdad queremos volver a empezar?. Ser egoístas, que maldad, ¿verdad? Quien sabe lo que de la vida nos queda y de lo que la vida nos enseña, la vida que nos ha tocado viajar, con las personas que vivimos. Con los seres que compartimos, con todas nuestras locuras, con nuestros estudiados movimientos de sinvidas incompletos, pensados y deseados, pero nunca consumados, porque la verdad es que nadie quiere marchar allá, es incierto, es ingenuo, es algo, pero nadie sabe que es, ¿?verdad? Me gustaría poder volar, aunque fuera dentro de una jaula, dorada o no, piar o revolotear, ser brisa o mar, ser piedra o lugar, ser árbol o hierba, ser cielo o tierra, ser alma o vacío, ser gentil o desamparado. Ser o no ser, como dijo aquel gentil inglés, si, el sabía muy bien todo esto, y así lo escribió, porque se percató de la importancia de saber que nada somos en realidad y que da lo mismo ser o no ser, sino tienes a quien amar.
Hay momentos en que la duda se cierne sobre las olas del destino pensativa y cabizbaja, deletreando cada momento vivido, cada palabra otorgada, cada mirada de paz lanzada al vacío, cada estruendo que recorre las venas y las llena de vacíos inconmensurables.
Hay momentos que desearías que la vida no se detuviera en las almenas de los ojos, inescrutables en el desamparo. Que las aves fueran siempre blancas y azules, que las nubes siempre nos trajeran vida en forma de gotas cristalinas de vida, que los relámpagos fueran fuente de felicidad y no de fuego.
Siempre hay momentos que quisiera ser menos que nada y ascender por las volutas de mis propias cenizas, como susurrantes peldaños de angostos y perdidos pasados.
Memorias que deben dejar de ser para reaparecer nueva savia de flor en vida, nuevas formas de mar que el amor nos dará con sus eternas dudas envueltos en olas.
Hay momentos en que las sombras palidecen ante las causas de lo que del universo nos llega, formas de nacimientos de nebulosas y exquisitas luces de antaño.
Hay momentos que todo da vueltas y vueltas, y mas vueltas, para ir a secar las lágrimas en la alegría del revivirse por dentro y por fuera, dejar de lado las latitudes de lo que no se puede añorar, y abandonar lo no es deseado sentir.
Siempre quedará lo que del alma nace, en las letras escritas a fuego en nuestro mas intimo fuero, en nuestra mas intima conexión con el Espíritu.
Palabras que deberemos hacer nuestras con libertad y sin sumisión, con entera lealtad y sin ningún atisbo de maldad. Palabras de palabras sagradas, palabras de vida y amor, de búsqueda de lo inevitable, de encuentro con la seguridad de que algún día deberemos abrirnos de par en par, y mostrar que semillas hemos hecho brotar de nuestras manos en nuestro corazón, en nuestra vida, con todos los que nos rodean, con todas las cosas que nos han dado para caminar, ver, leer, sentir, amar, abrazar, besar, ser en definitiva parte del único Ser que nos muestra, que aunque no queramos podemos vivir en paz.
Hoy me siento más afligido que nunca/ solo en medio de la negrura/ tanto que ando mirando al espejo/ paredes escarpadas del desierto me llaman/ la nunca del mañana que escapó del alma.
Dirijo inexorables mis pasos a la última frontera/ me exilio de un tramo de mi, en la vida/ me descorro hacia un lado del silencioso pensamiento/ y me pregunto para que todo esto/ ya casi me voy haciendo lejos/ ya casi me anduve yendo como hoy/ya casi…, ya casi.
Me quiero perder entre las sombras/ olvidado de lo que nunca debí amar/ estrechar las calles de la noche/ en la agonía, de un beso al aire que nunca te pude dar.
Una mirada inmisericorde recorre mis adentros/ me hostiga para que cese en las letras de andar/ y deje de sortear enredos de mentes inconexas/ para mecerme de pleno en el filo de la soledad.
Ya casi acaba mi camino de yerba mate/ del soplo es en la noche del holandés/ de estrellas y sonatas las cuerdas rasgadas/ de sufrientes desvelos iracundos/ se muere mi mar.
Ya casi todo se termina desliendo/ ya se marcha la luna/ ya se esconde el sol/ el viento al aire le enclaustra en una laguna/ y los pájaros miran sin saber del mundo su errar.
Ya se acaba todo aquello que nunca debió recomenzar/ el mundo se arremolina entorno a las esferas de los tiempos/de los universos anteriores al sueño del hombre/ y los hielos se desandan sin piedad.
Ya se cierne la profecía de lo desierto del alma/ las aguas redoblan su violenta sacudida / los versos desoyen la piedad gimiente/ las palabras se mueren en los labios/ y en su sigilo nos alerta del mal.
Ya quisiera que no existiera nada del mal/ como en el soñar quienes escudriñan en el alma pensativos/ y destierran que en ella se citen las sombras/ y que con sus consignas del averno/ se pretendan alzar con el día del mal.
No creer no es necesario/ pues que más da/Si existe, existirá igual. Creer no es suficiente/ porque sin dar, ni hacer/ que más da.
Pero ahora ya dejo de escribir más/ porque ya sólo digo nada/ y nada mas hay que contar.