Un estremecimiento me ha recorrido al alba
como el viento cuando mece las hojas del rocío inquieto.
Una cortina se cruza en el horizonte y me adivina
Ya llega al camino de la puerta eterna
se abre para dar refugio al alma querida
Lágrimas entonadas desde el dolor
me llegan sin saber del lugar de la flor
La tierra tiembla y el corazón se agrieta
El sol se oculta tras la brisa de la penumbra
el alma se renace entre luces de plateadas cohortes
se vuelve y nos abraza
nos mira y nos ilumina
Bondad y ternura en sus letras
los almendros engalanan sus flores de rosadas aureolas
sus aromas despliegan para siempre su estela
vas al Amor, allí te espera
Amor con amor que vela
Una plegaría sencilla entonada con dulce melodía
cautiva las lágrimas de la despedida.
1 comentario:
¡precioso! desde la música suave a las letras.
bsss
Publicar un comentario