domingo, 28 de diciembre de 2008

Aun cuando la oscuridad aceche,
y la maldad gobierne, Tú,
Luz del universo,
nunca me abandonas.



Gracias
sin ti
no soy nada,
sin ti
no viviría,
sin ti
podría sucumbir.



No puedo, ni quiero pronunciar tu nombre,
donde lo afrenten algunos hombres,
no quiero hablar tus palabras
donde no lo quieras,
pero su latido siento a tu lado,
diálogos en silencio
en los que me prodigo.



Tu nombre es encuentro
tu nombre es viento
tu nombre medito
tu nombre escondido
Tu nombre es el nombre
tú único nombre
si te descubres
en ti me descubro.