sábado, 23 de mayo de 2009

10 04 2009



Se conmueven al viento

las adormecidas campanas,

con su tranquilo tañido

despiertan de los sueños

inmensos anhelos.




En las luces que abrazan las manos

surgen compasivos sueños,

en su tintineo nacen dulces pétalos

de corazones y versos.




Flores blancas decantándose

van cayendo,

meciéndose y contorneándose

sortean el viento,

deslizan su dócil misterio

y acarician mis desvelos

con su níveo silencio.




Su trino es sigilo,

su susurro alborozo,

y en sus bucles dorados

mezo dulcemente

mis íntimos pensamientos.




Entre la multitud me aturdo

y aspiro la derrota por el camino,

te busco entre los verdes senderos

y allí te siento y me conmuevo.




Te pido que roces tu aleteo

en mis temblorosas manos

y me alejes del cieno,

apenas te revuelves

y levantas el vuelo.




Déjame cobijarme en tus manos

reclinar mi cabeza en tu reguero.




Mis alas se arrullan al alba,

porque así es como adormezco

la nostalgia de tu recuerdo.




Soñaba con encontrarte

trazarme a tu lado,

observarte

y

tú me observabas,

me meditabas,

adivinabas con tristeza

el iris de mi alma.




Era por ti

que estabas a mi lado

y apenas te percibía.




Ahora te pienso,

como la luz que sale de dentro,

subsistente y áurea

como un destello.




Reverdecen en mis lágrimas

las letras que prendo,

querías que te sintiera

como ahora te siento,

no alejes de mi lado todo aquello

por lo que ahora te pienso.


Ojalá pudiera volver atrás,

a aquel tiempo.



Taizé 10.04.09 18.30




domingo, 17 de mayo de 2009

Cada día que pasa...



Entre esas estrellas invento cada día, para que el llegar de la noche pase rauda y al despertar, cada rincón se llene con luz, de su luz ambarina y se asome a mi ventana. Poder escribir todas las letras bajo el peso de su amparo, estrechar lo que nos deja este mundo que observo, rodear la mente y dejar a oscuras la mentira que anida en cada techo.

Son muchas las voces que escucho, muchos los ruegos que nacen sin tregua, ni recuerdo, muchas las manos que tienden sus sonrisas al basurero del mundo, al estiércol que los hombres han derramado por el mundo entero.

Venenos que salpican a las criaturas más alegres y desvalidas que jamás haya visto. Entre poemas y versos no puedo dejar de verlos, como se santiguan y dan gracias por cada momento, sin tener tan siquiera nada dentro.

Esta humanidad que perece cada momento que pasa y en cada lamento que no se escucha, cada día que surge del negro, del oscuro reino de la desolación que anda baja palio de la modernidad y las armas de la guerra, corazones de piedra que abarcan todo nuestro universo y plantan en nuestra tierra solo tiestos, sin plantas ni aliento.

¿Cuándo cambiará todo esto? ¿Cuando vendrá tu reino?. Si ya está aquí, muéstranos el cielo.


miércoles, 6 de mayo de 2009

Me marcho a Ti

(Foto cedida por Inga )




Me marcho a Ti

voy hacia Ti

nada puedo ocultar

porque todo lo que tengo

viene de Ti.


Mi promesa te envío

mi plegaría va a Ti

dime adonde va mi alma,

porque cada vez que me hablas

me siento feliz.


Pero cada vez que me aparto

dejo de serlo sin Ti.

Estás, lo sé.

Estás lo siento.

Estás siempre, también es.

Te lo debo todo lo sé.

Pero Eres como el aire

sin él no podría acontecer.


Soy incompleto lo sé

por eso estoy aquí,

ando y camino, lo sé

por eso vuelo a tu lado.



Me has dado la mano

y yo te la prometí,

aquí esta junto a ti

no esperes más,

porque nada hay sin Ti.

Tú eres.

El Árbol



Alcantarillas entre mundos que zozobran en la noche de los tiempos opuestos, nos demandan tierra de verdes paramos, donde more la razón del Amor y se junten los corazones en la contemplación.

El yo que se alumbra desde una esquina donde habita la razón de lo que está fuera de ella, en el jardín de la vida donde nos espera el Árbol de la vida, donde asomo mi respiración y mi vaso se colma de su resplandor.

Entre sus verdes senderos me mostró el camino de su nívea flor, ramas de olivo en la dulce primavera, anuncian un paréntesis donde zozobre la guerra soterrada de las almas que nos merodean.

Apenas te entreví entre mis manos y ya no supe que decir, más en el tiempo del olivo se acerca nuestra escala armónica al son del susurro que nos sosiega.

No estamos solos, estamos junto a Ti, junto a la puerta del banquete donde llegará el día, donde el pincel abrirá de par en par nuestro corazón y brotará de las lágrimas de los santos la sangre el perdón.

Esperemos sin inquietud la mansedumbre de los cielos, para atraer a nuestras almas el delicado aroma del soplo perdido antaño, donde el Jardín de los Tiempos alumbrará el Libro de la Vida y de sus frutos, se desprenderán las almas de los justos que han de venir a redimirnos de este pequeño universo que se agota en el silencio y se mancha cada día de más indignación.

No son palabras las que persigo, sino almas a las que escucho, no son oscuridades las que asoman, sino luces radiantes las que nos muestran su ilusión.

Las manos juntas, donde el cielo las unió, abrazan nuestro ser y nos liberan de la entelequia del desamor.

Nos enlazaremos a las sombras de sus ramas, donde sus blancas auras nos preserven cada día que expiremos, para revivirnos a la Vida en el Amor.