martes, 14 de abril de 2009

La primavera del alma


Los pétalos diminutos de la primavera me han sembrado en la mano del alma, los aromas de lo que realmente es bello, te los mando con un leve soplido, para que las lean desde los rincones, aquellos que encienden sus llamas en las madrugadas del nuevo amanecer del hombre.


He dejado grabada en el alma la señal del símbolo que el Eterno me ha mostrado y en ella he puesto la esperanza de lo que encierra su misterio.


Sus luces tintinean en mis letras y su Espíritu me ha hablado en sueños y mostrado el camino, ahora ya comienza la andadura de lo que queda del tiempo.


Ora hoy ya no queda el ayer, de mañana ya sólo queda lo que del Alma nazca, pues ya soy quien era cuando antes de la vuelta, entre en la senda de la carne y los albores de las cenizas en las que queda.


Ahora ya sólo queda el árbol de lo que en su día será el nuevo renacer del Alma, el nuevo amanecer en que florecerá para siempre la cuidad sin nombre y los seres partirán de su intelecto al alma, para fundar en la vida, la Vida de lo que será la esencia de la sustancia, siendo almas con almas de llamas rosadas y luz plateada.




1 comentario:

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

volveran las almas a formar parte con el todo. aunque nunca lo han dejado de hacer.
besos y amor
je