domingo, 8 de febrero de 2009

Algo

Algo es algo, desde que nuestra semejanza se reencontró desde el olivo, la luna se acerca rauda y nos depara inciertos senderos del alma, que nos recorren entre las venas de las palabras y los silencios que impuestos se suceden de golpe en golpe y de bruces se encierran el un cuarto oscuro, donde la luz apenas se vislumbra ya.

Echo de menos tus palabras encintadas de entre nuestros más profundos encuentros. Hoy te escribo como en una carta abierta para que la leas sólo tú, sólo es para ti, para la portadora de la esencia de lo que me empujo a compartir deseos y desvelos vespertinos y alboradas solitarias bajo la penumbra de nuestros entrelazados sueños. De nuestra lejanía nacía una amistad que se quedó inerte en el tiempo de la espera, de lo acontecible, de lo que suceda sin mas, que lo que el destino del destino deseé para nos.

Todos tenemos alguien mas por encima de la realidad que nos rodea, alguien que nos escucha y asiente con el afecto de lo que nos da y nos cuestiona, de lo que espera, y no espera nada, nada, nunca espera nada, sólo aquello que nosotros sepamos y seamos capaces de dar.

Por ello estoy aquí, escribiéndote estás líneas amiga mía, en esta soledad que me embarga, para que sepas que aunque nunca mas tus palabras vuelvas pronunciar, estarás ya para siempre en mis recuerdos, como la que anduvo sobrevolando por mis cielos y vislumbrando la apariencia de la soledad compartida.

Entre las palabras ocultas de lo expuesto, anidan anhelos de ser más y más, en tu delicada postura de meditada relatividad, de actitud meditacional, de sonrojo ante la mirada opuesta, de buscada libertad, aunque los dos sepamos que sólo sea en el alma.

Es una epístola literaria, como otra cualquiera, pero está además, es la carta que pende del limbo de la vida que me lleva y me arrastra a tu lado, desde la lejanía, para meditar junto a ti lo que de verdad cuenta. Cuando lo sepamos quizás sea tarde ya para volver atrás, pero no importa, porque en los universos venideros habrá otras estaciones de tren donde me subiré y a tu lado viajaré conversando sin más, sin recordarnos de esta vida, pero sintiéndonos en deuda con nuestra querida amistad.

Mano sobre mano , entrecruzo mis deseos y el Eterno me muestra como ya casi llego al final, no es cuestión de tiempo, ni de espacio, ni de saber quien soy, ni quien eres, ni nada de lo que aquí nos pudiera colmar, sólo es cuestión de la voluntad de ser y hacer lo que de Él nos sugiera dar o tomar..

De lo que tenga que ser será, sin más, de lo que tenga que ver, veré, de lo que tenga que escuchar escucharé, de lo que tenga que amar , amaré, de lo que me inspire que tengo que soñar, soñaré…., todo y nada, pero es la pura realidad, sólo de nosotros depende el aceptar o no aceptar el pasar de lo que nos envuelve y dejar atrás lo que nos separará de la anhelada libertad de la eternidad en el amar de la verdad del amor universal..

1 comentario:

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Estoy totalmente deacuerdo contigo. De nosotros depende todo.
Besos y amor
je